Durante la
segunda semana de junio y en paralelo a la II Cumbre Celac-UE, se celebró en
Bruselas la Cumbre de los Pueblos Latinoamericanos, Caribeños y Europeos.
Organizada por la asociación belga Iniciativa Cuba Socialista, contó con la
asistencia de más de 1.500 delegados de 346 organizaciones y movimientos
sociales latinoamericanos y europeos de 43 países.
Para la
coordinadora de la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad, Carmen
Bohórquez, esta Cumbre de los Pueblos constituye el primer paso para fomentar
la unión y la cooperación entre los pueblos de América Latina, el Caribe y
Europa. “Ya hemos logrado el sueño más antiguo, que inició el Libertador Simón
Bolívar y concretó el Comandante Hugo Chávez, de consolidar una América Latina
unida desde el norte hasta la Patagonia: una sola patria grande
latinoamericana”. Así mismo, reiteró el llamado desde los pueblos suramericanos
a los europeos, bajo el respeto mutuo y la igualdad. “Somos países
independientes y soberanos, y debemos aproximarnos de igual a igual”.
De los 16
puntos de la Declaración Final cabe destacar:
- el apoyo a la
integración regional de América Latina a través del Alba, Uunasur y Celac, y la
oposición a la intervención imperialista.
- el firme
respaldo a la Proclamación de América Latina y el Caribe como Zona de Paz y
libre de colonialismo y el rechazo al acoso militar, agresiones y amenazas de
toda índole que despliegan Estados Unidos y sus aliados contra la región a
través de Bases Militares.
- el claro respaldo al pueblo
cubano y su Revolución, con la “exigencia del levantamiento total, inmediato e
incondicional del bloqueo genocida contra Cuba por parte del Gobierno de los
Estados Unidos, así como el cierre inmediato de la base naval de Guantánamo y
su retorno incondicional a la soberanía cubana.”
- la expresión
del “apoyo incondicional e irrestricto a la Revolución Bolivariana y al
gobierno legítimo encabezado por el compañero Nicolás Maduro” y el rechazo de
los permanentes planes de desestabilización que se fraguan en su contra,
financiados y organizados por organismos estadounidenses. “Rechazamos
especialmente la injusta, injerencista e inmoral Orden Ejecutiva del Gobierno
de los Estados Unidos que pretende señalar a la República Bolivariana de
Venezuela como una amenaza a su seguridad nacional – que ya ha merecido el
rechazo unánime de todos los países de Nuestra América – y exigimos su
derogación inmediata.”
- el apoyo a la
demanda de Bolivia de tener acceso al mar y al reclamo de Argentina sobre la
soberanía de las Islas Malvinas, así como a la iniciativa de Nicaragua y
Venezuela de integrar a Puerto Rico en la Celac como prueba de que América
Latina es territorio libre de colonialismo.
- el rechazo al
ajuste económico: “Nos oponemos a la austeridad económica impuesta por la
troika en toda la Unión Europea… y en especial contra el gobierno y pueblo de
Grecia. Condenamos el asedio y presión al que la troika y las instituciones de
la UE los someten. Sin embargo, la UE apoya y colabora en agresiones militares
ilegales contra naciones soberanas en guerras costosísimas… No a la
participación europea en guerras ilegales.”
- la reafirmación
de la lucha contra los tratados de libre comercio y la denuncia de que “la
deuda externa de nuestros países es incobrable e impagable por ser ilegítima e
inmoral.”
- la condena de
la persistente agresión israelí contra el pueblo palestino y el llamamiento a
la UE y a todos sus estados miembros al reconocimiento del Estado Palestino,
con la exigencia del cese inmediato e incondicional del bloqueo contra Gaza y
el respeto de todos los derechos del pueblo palestino.
- la condena de
la militarización y la agresión de la Otan en Europa Oriental y en parte de
Ucrania para amplificar la esfera de influencia de la Unión Europea y de los
Estados Unidos
- la oposición
al racismo y a la xenofobia, con la condena enérgica de la actual política de
inmigración de la UE, cuya inhumanidad… causa miles de muertos en el Mar
Mediterráneo y en otras partes.
- la denuncia del papel de las
grandes corporaciones de los medios de comunicación de masa como arma
poderosísima de demonización y de desestabilización.
La Declaración finaliza
afirmando que “nosotros los pueblos de Nuestra América y de Europa seguiremos
luchando oponiéndonos a todas las formas de discriminación, opresión,
explotación, racismo, exclusión, e injusticia social, al neoliberalismo y a las
guerras imperialistas, luchando por la paz, la igualdad, la democracia
participativa, la justicia social, es decir, seguiremos luchando por construir
un mundo mejor.”