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El Espejo de Argentina y el Mundo
Año XX - Nº 226 (Segunda época)
Septiembre 2015
12 de mayo de 2015
La derecha contraataca y el Gobierno se radicaliza
No cesa la
conspiración política y mediática contra la Revolución Bolivariana, pese a la
lección de dignidad mostrada por el pueblo y el gobierno venezolanos en la
Cumbre de las Américas. Por el contrario, emprende una nueva escalada mediante
activación de planes violentos en el país e injerencia de actores políticos
internacionales, con grandes empresas de comunicación a la vanguardia. Por su
parte, fortalecido por la inédita victoria obtenida en Panamá, el presidente
Nicolás Maduro anunció a su regreso una radicalización del accionar político
revolucionario frente a los responsables de la guerra económica y los intentos
de guarimbas.
Terrorismo y campaña mundial contra la Revolución
Un movimiento juvenil de ultraderecha, Javú, ha activado
planes para sembrar de nuevo el país con episodios violentos de propósito
desestabilizador. Planes coordinados en Miami a través de un diputado
carabobeño de Proyecto Venezuela, que se inscriben en una ofensiva de sectores
opositores con la pretensión de enturbiar el clima de cara a las elecciones
parlamentarias de finales de año. Según el presidente de la Asamblea Nacional,
Diosdado Cabello, “es bueno que todos los movimientos del mundo estén atentos a
estas elecciones legislativas y nos ayuden, porque el cerco internacional es
fuerte” y lo lidera “un eje que va para España, pasa por Miami (Estados
Unidos), luego Bogotá, y regresa a Venezuela con mucha financiación, mucho
dinero y cero escrúpulos”.
Las derechas corruptas de España y Colombia, ambas con ex
ministros y dirigentes políticos procesados, han lanzado una campaña simultánea
de condenas a la República Bolivariana de Venezuela en el Congreso de Diputados
español y el Senado colombiano, con la arrogante intención de erigirse en
jueces supremos en asuntos de democracia y derechos humanos. Una sincronía que
responde a un plan trazado para desplazar la atención en la visibilidad del
liderazgo del imperio norteamericano en la campaña desestabilizadora, haciendo
aparecer a otros actores de relevo en el primer plano. Esta
hipócrita e injerencista iniciativa fue denunciada por los
parlamentarios de Izquierda Unida, Coalición Abertzale Amaiur, Esquerra
Republicana de Catalunya y Bloque Nacionalista Gallego en el Estado español y
por los senadores del Polo Democrático Ciudadano en Colombia.
A esa campaña se han asociado ex presidentes
latinoamericanos con probados historiales represivos y delictivos, como Miguel
Ángel Calderón y Miguel Ángel Rodríguez de Costa Rica, ambos condenados a cinco
años de cárcel por corrupción, Felipe
Calderón de México, que acabó su mandato tras 60 mil muertos y 160 mil
desplazados y está acusado por crímenes de lesa humanidad, Mireya Moscoso de
Panamá, quien en 2004 indultó a cuatro terroristas capturados en intento de
asesinar a Fidel Castro, Alfredo Cristiani de El Salvador, ultraderechista y
cómplice del asesinato de seis sacerdotes jesuitas por el ejército salvadoreño
bajo su mandato, Álvaro Uribe, vinculado al narcotráfico y acusado de crímenes
de lesa humanidad… Todos ellos flanqueados por dos ex presidentes españoles con
historiales en clara sintonía con los de sus compinches latinoamericanos. Uno
miembro del derechista Partido Popular, José Aznar, valedor del golpe de Estado
de abril de 2002 y de la criminal guerra de Irak, y actual lobbysta consejero
de News Corporation, el holding de empresas de comunicación del magnate Rupert
Murdoch y de Endesa, la transnacional española del sector eléctrico y
gasístico. Y el otro, miembro del socioliberal Psoe, Felipe González, valedor
del terrorismo de Estado en España en los años 1980, impulsor de las políticas
neoliberales y antiobreras en sus años como gobernante y lobbysta al servicio
del magnate mexicano Carlos Slim y de transnacionales españolas como Gas
Natural, además de estrechamente vinculado al grupo empresarial mediático
Prisa.
Esta aceleración de la conspiración contra la Revolución
Bolivariana pretenderá asímismo intensificar el frente de la guerra económica,
con nuevas acciones de acaparamiento y desaparición de productos, rumores para provocar
compras nerviosas y desgaste psicológico de la población, siguiendo el mismo
libreto ya usado contra el Chile de Allende. Un libreto cuya existencia
pretendieron negar entonces y que la desclasificación de documentos
confidenciales norteamericanos ha dejado en evidencia con posterioridad.
Ante la escalada en la difusión de las matrices de opinión
contrarias a la Revolución Bolivariana en el ámbito internacional, que omiten
los logros y avances político-sociales y tergiversan y ocultan las prácticas
delictivas de quienes deben responder ante la justicia por ellas, y ante la
previsión de acciones violentas y de intensificación de la guerra económica que
pretenden sembrar el cansancio, el descontento y el desánimo entre la población
venezolana, la solidaridad internacional con el pueblo y el gobierno
revolucionario bolivariano tiene ante sí el reto de mantenerse alerta y
redoblar los esfuerzos por desmontar los ataques y dar a conocer La Verdad de
Venezuela.