Ya han pasado 10
años desde que los comandantes Fidel Castro y Hugo Chávez, les propusieran a
los pueblos de América Latina y el Caribe un nuevo modelo de integración. De
allí que resulte necesario un análisis de cuál han sido sus resultados y qué
tiene la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de
Comercio de los Pueblos (Alba-Tcp) para ofrecerle al mundo.
El 14 de
diciembre de 2004, Fidel y Chávez, reunidos en La Habana, firmaron los
protocolos de fundación del Alba. En abril de 2006 se sumó Bolivia, que propuso
la incorporación al esquema integrador de los Tratados de Comercio de los
Pueblos (TCP), que son instrumentos de intercambio solidario y complementario
entre los países destinados a beneficiar a los pueblos en contraposición a los
Tratados de Libre Comercio que persiguen incrementar el poder y el dominio de
las transnacionales.
Hoy el Alba-Tcp
está integrada por Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Dominica, Ecuador, San Vicente
y Las Granadinas, Antigua y Barbuda, Santa Lucía, con varios países
observadores, entre ellos Uruguay.
Integración sobre nuevas bases
Los principios
que rigen la Alianza sostienen que el comercio y la inversión no deben ser
fines en sí mismos, sino instrumentos para alcanzar un desarrollo justo y
sustentable. Para ello, se requiere una efectiva participación de los Estados.
La cooperación y
solidaridad se expresa en planes especiales como el que se ha realizado contra
el analfabetismo, así como el de tratamiento gratuito de salud a ciudadanos que
carecen de tales servicios y el plan de becas de estudio de carácter regional
en las áreas de mayor interés para el desarrollo económico y social de los
pueblos. Para ello se creó un Fondo de Emergencia Social, compuesto por aporte
de los países que integran la iniciativa en proporción al tamaño de sus
economías.
Con el objetivo
de reducir la dependencia de los países de la región de los inversionistas
foráneos, se ha acentuado el fomento de las inversiones de capitales
latinoamericanos en la propia región. Para ello se crearon diversos mecanismos
financieros y de garantías recíprocas como el Banco del Alba y el Sistema de
Compensación Regional (Sucre) que hacen posible la arquitectura financiera de
la integración.
Mantener la
cultura y la identidad de los pueblos del Alba-Tcp es también un objetivo de
este modelo integrador, para lo cual es un instrumento imprescindible el canal
Telesur.
Por otro lado, en
el marco del Alba-Tcp se crearon empresas binacionales, como Puertos del Alba,
para la construcción de puertos en Cuba y Venezuela; Alba de Nicaragua, empresa
petrolera mixta entre Nicaragua y Venezuela, entre otras.
A través de la
utilización del método cubano “Yo, sí puedo”, se ha logrado la alfabetización
de más de cuatro millones de personas, logrando que Bolivia, Ecuador, Nicaragua
y Venezuela sean hoy territorios libres de analfabetismo.
Por otro lado, la
Misión Milagro ha permitido que más de dos millones de personas hayan
recuperado la vista o sanado diversas patologías oftalmológicas. Eso además de
la asistencia médica y social gratuita a casi un millón y medio de personas con
diversas discapacidades.
Pero no solamente
el Alba-Tcp construye para adentro, con el apoyo de este bloque se han instalado
tres plantas generadoras de electricidad que garantizan el 60% de la energía
eléctrica en Haití, y se construye en Nicaragua una refinería que permitirá
cubrir el 41% de derivados del petróleo en los países centroamericanos.
Los Juegos del
Alba se han constituido en una cita de gran nivel deportivo, que concita la
participación de miles de deportistas de los países que lo integran.
El nuevo tiempo del Alba
Al entregar el
informe de gestión de esta década de trabajo el secretario general del Alba, Bernardo
Álvarez, destacó que “ahora tenemos nuevos retos con la zona económica
Alba-Petrocaribe y sus vinculaciones con el Mercosur. Estamos en una corriente
de la unidad en la que el Alba ha estado en el embrión de la nueva
institucionalidad de la integración basada en el hombre”.
En concordancia
con esto, el pasado 1º de noviembre los cancilleres del Mercado Común del Sur y
la Alianza del Pacífico, reunidos en Cartagena, Colombia, acordaron la creación
de una zona económica entre Petrocaribe, la Alba-Tcp, el Mercosur y la
Comunidad del Caribe (Caricom).
El presidente
venezolano Nicolás Maduro, en la Asamblea General de la ONU, planteó que el
Alba-Tcp “modestamente, ha venido ocupando un papel importante en la
construcción de un nuevo modelo social, económico, en la defensa de las grandes
causas como la del cambio climático, por ejemplo”.
En suma, la
integración latinoamericana y caribeña ha demostrado estar viva, y esa energía
tiene mucho que ver con la que le imprimieron quienes fueron sus dos
principales soñadores e impulsores: los comandantes Fidel Castro y Hugo Chávez.
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