El
gobierno dispuso el inicio de la Operación de Liberación y Protección del
Pueblo, que ya desarticuló siete bandas delictivas sólo en la región central y
capital del país. Desde las zonas ocupadas, los “paracos” sometían a los
habitantes en los barrios y gestaban actos criminales incluyendo sicariato,
extorsión y secuestro. Además, establecieron campamentos en zonas rurales y de
montaña que servían de base logística para sus operaciones, según explicó
Nicolás Maduro el pasado 23 de julio. Mientras mostraba imágenes de los acampes
y las armas confiscadas, vinculó a estos grupos con la derecha venezolana.
En
la Cota 905 de Caracas la operación detuvo a 134 personas y retuvo armas,
narcóticos y dólares que utilizaban con fines extorsivos. De acuerdo a la
información oficial 32 de los detenidos eran de origen extranjero y estaban
vinculados al paramilitarismo colombiano. El operativo, realizado de forma
conjunta por los distintos cuerpos de seguridad del Estado, dejó como saldo 14
muertos y un herido.
En
otra de las incursiones, en Ciudad Tiuna, hubo un total de 102 detenidos que
las autoridades conectaron directamente con el paramilitarismo. En sus áreas de
influencia traficaban drogas y poseían armas cortas, munición y mercancía para
contrabando. Además, habían desplazado a doce propietarios de sus viviendas.
Mil
efectivos participaron del tercer procedimiento en magnitud, realizado en las
urbanizaciones Betania IV y V, en el Estado de Miranda. Allí eran 200 los
beneficiarios de la Gran Misión Vivienda afectados directamente.
El
ministro del Poder Popular para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Gustavo
González López, explicó que el objetivo de la Operación es “liberar el
territorio de la activad criminal y proteger a nuestro pueblo”. El presidente
Nicolás Maduro afirmó que “el paramilitarismo, el narcotráfico colombiano y
toda esa conspiración ha venido a apoderarse, a contratar, a controlar e
instaurar un modelo que le ha hecho mucho daño a nuestra hermana Colombia”.
“Estoy firmemente decidido a desmontarlo, a enfrentarlo, a derrotarlo, con la unión
de todo nuestro pueblo”, aseguró.
Ya
el pasado 18 de junio, durante una cadena nacional transmitida desde el Palacio
de Miraflores, Maduro había llamado a los habitantes de las edificaciones de la
Misión Vivienda a sumarse a las denuncias para lograr la paz y erradicar la
delincuencia. También advirtió que quienes delincan serán separados de sus
residencias. “La Gran Misión Vivienda no se hizo para malandros ni delincuentes
y quiero todo el apoyo del pueblo que está en la Gran Misión Vivienda Venezuela”,
reforzó el presidente.
El
que recibió fuertes críticas del gobierno venezolano por su falta de
cooperación fue el gobernador de Miranda, el opositor Henrique Capriles
Radonski, a quien Maduro acusó de “trabajar para coordinar con los ‘malandros’
para tirárselos al pueblo encima”. “Cree que destruyendo Venezuela algún día
será presidente”, agregó, “pero ese día jamás llegará”.
“El
drama de la vivienda se puede resolver sólo en socialismo”, decía Hugo Chávez.
La Revolución Bolivariana se propone desde 2011 la construcción de 2 millones
de viviendas en un plazo de siete años. Hasta mediados de abril de 2015, la
Gran Misión Vivienda de Venezuela había creado 701 mil 250 nuevas casas para
los sectores más humildes.
Bandas
criminales se instalaron en distintos puntos del país para erosionar los
cimientos de la Revolución Bolivariana
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