Empleados estatales de la ciudad Córdoba se organizan democráticamente para enfrentar la precarización laboral que sostiene la intendencia local. En asambleas multitudinarias debaten las propuestas y pugnan por lograr estabilidad y aumento salarial.
Marzo de 2011 fue la fecha tope que el Sindicato Unión Obreros y Empleados Municipales (Suoem) de la ciudad de Córdoba se había fijado para esperar el pase a planta permanente de 1.700 trabajadores contratados y monotributistas. Un reclamo que el gremio viene sosteniendo desde fines de 2010 sin obtener respuestas positivas.
Llegado marzo, el Ejecutivo municipal, a través de su Secretario de Economía, propuso pasar a planta transitoria a todos los trabajadores contratados. Esto les permitiría obtener aumentos salariales en concepto de antigüedad, refrigerio, título y bonificaciones. Pero no les garantiza estabilidad laboral. Además, la propuesta incluye solo a los 1.364 contratados y deja sin responder el reclamo gremial de pasar a la categoría de contratados a los 300 monotributistas.
A partir de esta propuesta comenzó a desarrollarse una auténtica democracia sindical en todas las dependencias municipales (áreas operativas, escuelas municipales, Centros de Participación Comunal -CPC- y otros), con la conducción del gremio y todos sus cuerpos orgánicos a la cabeza. Se discutió en reuniones y asambleas multitudinarias el futuro laboral de 1.700 compañeros y compañeras. La situación no es sencilla ya que, como lo manifestó claramente el Secretario General Ruben Daniele, “la decisión no es económica ni legal; es política”, en un año electoral.
En medio de las negociaciones y deliberaciones, se produjo un hecho que enardeció a los trabajadores municipales: la Secretaria de Salud Marcela Almagro (cuñada del Intendente Daniel Giacomino), designó a 126 agentes directamente como planta transitoria -cuando corresponde que ingresen como contratados- para cumplir tareas en el Servicio 107 (atención de emergencias en la órbita municipal), unificado con el 136 provincial.
La respuesta de los trabajadores no se hizo esperar: se tomaron dependencias de salud (respetando las guardias mínimas) y en todos los CPC sus trabajadores decidieron “Asamblea Permanente”. Esta medida de fuerza hizo retroceder al ejecutivo, reconociendo la precariedad laboral e incorporando a los 126 agentes como contratados (Art. 08).
El debate y proceso de movilización que llevan a cabo todos los trabajadores (monotributistas, contratados y planta permanente) demuestra que hasta el momento no se resignan a aceptar la propuesta del gobierno de la ciudad de Córdoba. Pero esto recién comienza. El gran desafío de los municipales, una vez más, está en defender su dignidad contra la precarización laboral y enfrentar una propuesta de recomposición salarial que no resuelve la cuestión de fondo: la necesaria estabilidad laboral para todos los trabajadores.
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