Los
grandes medios y sus resonancias en las plataformas digitales no dan tregua al
gobierno venezolano. Atacando por diversos flancos, las empresas mediáticas
señalan al gabinete de Nicolás Maduro como objetivo y marcan la estrategia de
la guerra, mientras las redes disparan. La ideología que está detrás de esta
nueva forma de guerra masiva y permanente coincide en rasgos básicos con una
ideología fascista.
Lo que
vemos es el resultado de la suma de viejos métodos de guerra mediática y
psicológica más el concurso de las nuevas redes digitales (tuits, SMS…) que,
gracias a la rapidez y versatilidad que ofrecen las nuevas tecnologías,
fortalecen los estereotipos contra la Revolución Bolivariana. Los partidos
opositores, muy debilitados, intentan pegarse a la ola de descrédito para pasar
bajo la alfombra el lamentable espectáculo de falta de ideas y las guerras
intestinas que los corroe. Ínterin, fue y es impresionante la homogeneidad que
sigue teniendo la reacción granmediática contra Venezuela.
La buena
noticia es que aunque con una producción muy dispersa, existen evidencias
empíricamente documentadas y de gran rigor científico, que revelan esta gran
operación mediática. La verdad sobre Venezuela llama la atención sobre algunas
de los principales análisis que se han producido en las últimas semanas y que
pueden ser de utilidad para la carga de argumentos con que podemos enfrentar el
terrorismo mediático que intenta cercar al proceso venezolano.
I
En el XI
Encuentro Iberoamericano de Género y Comunicación, celebrado recientemente en
La Habana, la investigadora de la Universidad Complutense de Madrid, Dra.
Ángeles Diez, presentó una exhaustiva investigación que demuestra que en la
guerra de Estados Unidos contra Irak y Afganistán se utilizó la representación
de la mujer en los conflictos como figura de consenso, porque despierta
simpatías y funciona mejor de cara a conformar una opinión pública favorable a
los cambios de gobierno. Aseguró que esta operación lleva años operando contra
Venezuela.
Ángeles
prueba que “la imagen violenta de la oposición al gobierno de Nicolás Maduro
intenta ser contrarrestada por la imagen amable de una joven esposa (la de
Leopoldo López) que se manifiesta pacíficamente pidiendo ‘un cambio de
gobierno’”. Añade que “la condición social de las mujeres venezolanas que se
presentan liderando el movimiento (opositor) desaparece de la escena”.
El uso
de la imagen de la mujer como nueva representación de la “oposición” busca el
reconocimiento internacional sacando partido a los imaginarios de consumo
interno de las poblaciones europeas y estadounidenses que, además, enlazan
subliminalmente con las campañas institucionales contra la violencia de género.
“Al igual que ocurre para los casos de las llamadas primaveras árabes, la
oposición encabezada por mujeres permite apelar más fácilmente al sentimiento
de la ayuda, es decir, la intervención. Son las propias mujeres como
representantes de la oposición quienes piden la intervención extranjera”,
concluye Ángeles (http://bit.ly/1tqnADp).
II
El
investigador y periodista español Pascual Serrano, llamaba la atención en su
cuenta en Twitter sobre los tortuosos caminos que a veces toma el diario El
País para atacar al gobierno de Nicolás Maduro. El pasado 12 de julio anunciaba
que Venezuela se disponía a la concertación de precios con el empresariado, la
unificación cambiaria y la actualización de los precios de la gasolina. Al
referirse al Vicepresidente Rafael Ramírez, aprovechaba para recordar que es
primo segundo de un preso en París –“el terrorista internacional de los años 70
que cumple cadena perpetua en Francia”, historia que no viene a cuento pero
ayuda a darle el efecto tóxico indispensable al reportaje
(http://bit.ly/1muEtv).
Además
de lo que subraya el diario español de modo pavloviano, Serrano también llama
la atención en Twitter de lo que El País omite interesadamente: “Mientras
hablaban de leyes mordaza en Venezuela o Ecuador, es en España donde la han
aprobado”, afirma. El enlace de este mensaje conduce al diario La Marea, que
reseña el debate en torno al anteproyecto de la Ley de Seguridad Ciudadana, un
instrumento de las Fuerzas de Seguridad del Estado español, que, “de forma encubierta, están intentando
controlar más a toda la sociedad en distintos ámbitos (en la protesta social, a
la hora de que te identifique la policía…) y, además, blindarse cuando están
ejerciendo sus funciones de control” (http://bit.ly/1zvxI25).
III
Al
investigar la cobertura de Venezuela en 28 grandes diarios de América Latina,
Europa y Estados Unidos a lo largo de un año, tres académicos latinoamericanos
demostraron un sistemático sesgo negativo en la cobertura de Venezuela en los
grandes diarios: el 82% de los artículos publicados tienen un impacto negativo.
A la vez, el 95% de los temas está relacionado con el gobierno venezolano, lo
que prueba la intencionalidad política descalificadora de los mensajes.
“La
comprobación de un sesgo negativo sistemático significa que el derecho de
información de los ciudadanos-lectores no se está cumpliendo”, concluyen F. Casado (Universidad Bolivariana), E
Sapiezynska (Universidad de Chile) y R Sánchez (Universidad Central de
Venezuela) en la investigación “Venezuela, en la prensa internacional: una
cobertura sesgada”, publicado a inicios de este mes en la Revista Latina de
Comunicación Social (http://bit.ly/1u7RhNG).
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