Alimentar guerras en Medio Oriente, Ucrania y África, propagar conflictos en Suramérica apuntados a futuras invasiones, no es suficiente para que Washington revierta la marejada antimperialista, creciente en todo el mundo.
La continuidad
sistemática de ataques contra la Revolución Bolivariana y contra el Alba,
acompañada ahora de un intento por volver a utilizar la deuda externa en
Argentina como palanca de saqueo y dominación, sólo aumenta el rechazo de
millones de latinoamericanos a la figura de Washington y las políticas
imperialistas. Las victorias parciales que pudiera contabilizar la Casa Blanca
–sobre todo en materia electoral– son el prólogo de nuevas y masivas expresiones
de radicalización revolucionaria de las masas en la región.
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