Por Julio A. Louis
En los últimos días Uruguay envía señales a los países y pueblos hermanos en el sentido
que la izquierda (anti sistema capitalista, anti-imperialista) vive y lucha. La
mayoría de los partidos del Frente Amplio respalda la pre-candidatura
presidencial del Dr. Tabaré Vázquez –que de ser vencedor- significaría un
retroceso en la orientación económica y en la de relaciones internacionales. No
obstante, hay dos excepciones: el Partido por la Victoria del Pueblo
(fundado por exiliados uruguayos en Buenos Aires en 1976) que patrocina la candidatura de la Senadora Constanza
Moreira; y el Partido Comunista-que definirá su posición en su Congreso de
octubre-y que espera, sea para acompañar a Vázquez, sea para sumarse a la
candidata de la izquierda que otros han lanzado al ruedo con riesgos, conocedor
de su peso en la estructura interna del Frente. Moreira cuenta con el apoyo de
dos agrupamientos recientes del Frente, Frenteamplistas por un Debate
Programático y Alternativa 2014, el primero de reconocidos cuadros, muchos de
mediana edad o veteranos de procedencias diversas, y el segundo, compuesto mayoritariamente por jóvenes.
Moreira, (politóloga catedrática de la Universidad de la República, ex directora
del Instituto de Ciencias Políticas de la Facultad de Ciencias Sociales), es senadora
de la coalición 609 liderada por José
Mujica. Pero sus actitudes han chocado con los principales referentes del
Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros de esa coalición, encabezados por
la primera senadora y esposa del Presidente, Lucía Topolansky. Constanza se
opone con firmeza a un TLC con Estados
Unidos o a la Alianza
del Pacífico, a la permanencia de tropas uruguayas en las Misiones de Paz de la ONU, en especial las de la Minustah en Haití, a los diversos convenios
militares con EE.UU., ha impulsado la Ley
de Salud Sexual y Reproductiva (la del “aborto”, a la que se ha opuesto
Vázquez), y representa en la conservadora sociedad uruguaya un cambio de género
y etario (53 años frente a los 73 de Vázquez).
Según las
encuestas previas al manejo de pre-candidaturas, el FA tenía mayoría y según las encuestas posteriores al
lanzamiento de Vázquez pero no de Moreira, el 80% de los frenteamplistas apoyaba
la candidatura de Vázquez, supuestamente “ganadora”. Pero también es cierto, que comparando
encuestas actuales con otras del período electoral de hace cinco años, el voto
en blanco o anulado se había duplicado, pasando de un tres a un seis por
ciento, votantes que declararon ser frenteamplistas, pero no dispuestos a votar
por Vázquez. De mantenerse esa situación de oposición del “núcleo duro” de la
izquierda, el FA no ganaría mayorías parlamentarias, lo que obligaría al
eventual ganador Vázquez a pactar con otros partidos. Hay quienes piensan que a
Vázquez y su política de conciliación con el bloque de clases dominantes y con la Embajada norteamericana,
no le vendría mal, pero al mismo tiempo también es cierto que ese voto en
blanco de izquierda no sería comprendido por la masa intermedia en su
conciencia política, que apoya a
Vázquez.
La
candidatura de Moreira o bien es ganadora, lo que sería un tsunami promovido
desde las bases contra las estructuras orgánicas; o –lo más factible- que aún
perdedora, permita robustecer un ala
izquierda efectiva en el Frente Amplio. En esta situación, según la gráfica
expresión de Mujica, tanto esa izquierda como el vazquismo debieran “comerse
sapos”: la izquierda, tener que votar por Vázquez a la presidencia dada la
legislación electoral -según la cual la ciudadanía con voto voluntario
determina seis meses antes de las elecciones nacionales, quien será el
candidato de cada partido-; y para el vazquismo ver surgir una oposición de
izquierda con fuerte apoyo de masas en el interior del FA, que no controlará.
Una candidatura además, que oficiará de parte-aguas en dos sectores
mayoritarios, el Movimiento de Participación Popular (cuyo núcleo básico son
los tupamaros) y el Partido Socialista.
Hay quienes
hablan de “locura”, y en cierto modo, estos quijotes descubrirán como el
personaje de la novela de Cervantes, que
la suya es la menor locura relativa, pues la supera la posibilidad de un
“gobierno de izquierda” aliado a Obama y enfrentado a los países vecinos.
17 de septiembre de 2013
Desde Uruguay
No hay comentarios:
Publicar un comentario