El Espejo de Argentina y el Mundo

Año XX - Nº 226 (Segunda época)
Septiembre 2015

22 de septiembre de 2013

Constanza… y se hace camino al andar



Por Julio A. Louis

En los últimos días Uruguay envía señales a  los países y pueblos hermanos en el sentido que la izquierda (anti sistema capitalista, anti-imperialista) vive y lucha. La mayoría de los partidos del Frente Amplio respalda la pre-candidatura presidencial del Dr. Tabaré Vázquez –que de ser vencedor- significaría un retroceso en la orientación económica y en la de relaciones internacionales. No obstante, hay dos excepciones: el Partido por la Victoria del Pueblo (fundado por exiliados uruguayos en Buenos Aires en 1976)  que patrocina la candidatura de la Senadora Constanza Moreira; y el Partido Comunista-que definirá su posición en su Congreso de octubre-y que espera, sea para acompañar a Vázquez, sea para sumarse a la candidata de la izquierda que otros han lanzado al ruedo con riesgos, conocedor de su peso en la estructura interna del Frente. Moreira cuenta con el apoyo de dos agrupamientos recientes del Frente, Frenteamplistas por un Debate Programático y Alternativa 2014, el primero de reconocidos cuadros, muchos de mediana edad o veteranos de procedencias diversas, y el segundo, compuesto  mayoritariamente por jóvenes.


Moreira, (politóloga catedrática de la Universidad de la República, ex directora del Instituto de Ciencias Políticas de la Facultad de Ciencias Sociales), es senadora de  la coalición 609 liderada por José Mujica. Pero sus actitudes han chocado con los principales referentes del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros de esa coalición, encabezados por la primera senadora y esposa del Presidente, Lucía Topolansky. Constanza se opone  con firmeza a un TLC con Estados Unidos o a la Alianza del Pacífico, a la permanencia de tropas uruguayas en las Misiones de Paz de la ONU, en especial las  de la Minustah en Haití, a los diversos convenios militares con EE.UU., ha  impulsado la  Ley de Salud Sexual y Reproductiva (la del “aborto”, a la que se ha opuesto Vázquez), y representa en la conservadora sociedad uruguaya un cambio de género y etario (53 años frente a los 73 de Vázquez).
       Según las encuestas previas al manejo de pre-candidaturas, el FA tenía  mayoría y según las encuestas posteriores al lanzamiento de Vázquez pero no de Moreira, el 80% de los frenteamplistas apoyaba la candidatura de Vázquez, supuestamente “ganadora”.  Pero también es cierto, que comparando encuestas actuales con otras del período electoral de hace cinco años, el voto en blanco o anulado se había duplicado, pasando de un tres a un seis por ciento, votantes que declararon ser frenteamplistas, pero no dispuestos a votar por Vázquez. De mantenerse esa situación de oposición del “núcleo duro” de la izquierda, el FA no ganaría mayorías parlamentarias, lo que obligaría al eventual ganador Vázquez a pactar con otros partidos. Hay quienes piensan que a Vázquez y su política de conciliación con el bloque de clases dominantes y con la Embajada norteamericana, no le vendría mal, pero al mismo tiempo también es cierto que ese voto en blanco de izquierda no sería comprendido por la masa intermedia en su conciencia política,  que apoya a Vázquez. 
     La candidatura de Moreira o bien es ganadora, lo que sería un tsunami promovido desde las bases contra las estructuras orgánicas; o –lo más factible- que aún perdedora,  permita robustecer un ala izquierda efectiva en el Frente Amplio. En esta situación, según la gráfica expresión de Mujica, tanto esa izquierda como el vazquismo debieran “comerse sapos”: la izquierda, tener que votar por Vázquez a la presidencia dada la legislación electoral -según la cual la ciudadanía con voto voluntario determina seis meses antes de las elecciones nacionales, quien será el candidato de cada partido-; y para el vazquismo ver surgir una oposición de izquierda con fuerte apoyo de masas en el interior del FA, que no controlará. Una candidatura además, que oficiará de parte-aguas en dos sectores mayoritarios, el Movimiento de Participación Popular (cuyo núcleo básico son los tupamaros) y el Partido Socialista.
    Hay quienes hablan de “locura”, y en cierto modo, estos quijotes descubrirán como el personaje  de la novela de Cervantes, que la suya es la menor locura relativa, pues la supera la posibilidad de un “gobierno de izquierda” aliado a Obama y enfrentado a los países vecinos.       

17 de septiembre de 2013
Desde Uruguay

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