La CTA levanta la plataforma con la cual marchó (con el apoyo del sindicato de Camioneros y otros sindicatos de la CGT) el 10 de octubre pasado (ver Actualizaciones de esta página). Por su parte la CGT votó el 26 de septiembre en un Encuentro en La Falda, Huerta Grande y otros lugares de Córdoba, un Programa de 21 puntos (ver artículo siguiente). La CGT anunciará el próximo martes 13, luego de la reunión del Consejo Directivo, las modalidades del paro, entre las que se priorizarían bloqueos y piquetes. La CTA propone marchar a Plaza de Mayo, movilizarse a nivel nacional y cortes de rutas y puentes. No se descarta que puedan sumarse sindicatos, regionales y delegaciones que están dentro de la CGT alineada con el oficialismo encabezado por Antonio Caló. Las reivindicaciones que han permitido la unidad de acción, son sentidas por los trabajadores/as y es previsible que acentúe las distancias entre las dirigencias de los “gordos” (burocracia empresarial) y las bases.
Una vez más, ante el cronograma electoral, los trabajadores/as y el pueblo pueden quedar entrampados entre fórmulas de recomposición burguesa, ya sea del con un candidato peronismo ortodoxo con apoyo sindical, ya sea de una vertiente socialdemócrata-socialcristiana con ropaje progresista. Todas en el marco del capitalismo.
No se podrá enfrentar exitosamente a este gobierno con esas políticas. Eso sólo puede hacerlo una herramienta política antimperialista y anticapitalista, incorporada a las corrientes revolucionarias de Nuestra América, como parte de la plataforma continental del Alba.
Una vez más, lo que está en disputa no es este gobierno, ni la falsa polarización: es la estrategia de nuestra clase y nuestro pueblo para el próximo período. Pese a muchas apariencias, no hay una tendencia definida a la derecha. Por el contrario, hay sustento, reservas y acumulación de historia para un salto político unificador de confrontación con la dominación y el imperialismo.
Las soluciones no son mágicas. Pero la huelga del 20 de noviembre es una oportunidad para comenzar a andar el camino de la unidad social y política para la emancipación. La decisión política de plantar ya esa iniciativa puede ser la verdadera unidad que sepulte la desagregación de décadas. Es la hora de los trabajadores, de las trabajadoras, de los pueblos en Revolución y en transición hacia el Socialismo del siglo XXI.
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