Por
Julio A. Louis
“Un soldado, un latinoamericano entregado de lleno y para
siempre a la causa de la revolución”. Así
se definió Hugo Chávez.
Parece oportuno recordar al ser humano antes de haber
alcanzado la dimensión mundial reconocida. A fines de 1994 el Teniente Coronel
Hugo Chávez –después de su liberación tras su encarcelamiento luego de
levantarse en armas contra el gobierno de Carlos A. Pérez (1992)- visita Cuba y en la Universidad de La Habana en presencia de Fidel Castro, delinea su
pensamiento.
“Algún día esperamos venir a Cuba en condiciones de extender
los brazos y en condiciones de mutuamente alimentarnos en un proyecto
revolucionario latinoamericano, imbuidos, como estamos, desde siglos hace, en
la idea de un continente hispanoamericano, latinoamericano y caribeño,
integrado como una sola nación que somos.” *
Esa idea-fuerza, revitalizadora de la visionaria estrategia
de Bolívar y de otros líderes de la independencia, la desarrolla hasta
cristalizar en la
Comunidad Sudamericana de Naciones (Ayacucho, 2005) luego
convertida en la Unión
de Naciones Suramericanas (Unasur), al ser promotor de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (Celac), y al dar vida inicialmente Venezuela y
Cuba, a la
Alternativa Bolivariana para los Pueblos de América (Alba)
poniendo en ella, proa visionaria a la reconstrucción socialista. Destaca la
necesidad de hallar “las raíces de un proyecto de nación”, “una sola nación que
somos todos los latinoamericanos y caribeños”, raíces que están en Artigas, San
Martín, Sandino, Mariátegui y tantos otros.
Para tales logros, que nosotros deberemos convertir en
irreversibles, supo, según sus palabras, “mantener la bandera de la dignidad y
de los principios en alto, aún a riesgo de quedarse sólo en cualquier momento.”
Acierta al decir que “don Pablo Neruda, tiene profunda razón
cuando escribió que Bolívar despierta cada cien años, cuando despierta el
pueblo”; esta vez, bajo su liderazgo.
En Chávez resalta su condición de soldado ejemplar:
“Nosotros tuvimos la osadía de fundar un movimiento dentro de las filas del
Ejército Nacional de Venezuela, hastiado de tanta corrupción, y nos juramos
dedicarle la vida a la construcción de un movimiento revolucionario y a la
lucha revolucionaria en Venezuela, y ahora, en el ámbito latinoamericano.”
Recuerda que “hace 200 años (…) se fue levantando el primer
proyecto de nación”, por lo que debemos “sumergirnos en la historia buscando
nuestras raíces” y lanzamos “la idea de la inspiración en un árbol de las tres
raíces”. La bolivariana, de la unidad continental y de “incorporar, además de
los tres poderes clásicos de Montesquieu, un cuarto poder, el poder moral” y
“un quinto poder, el poder electoral”. La de Simón Rodríguez –maestro de
Bolívar- de “hacer dos revoluciones: la política y la económica, que con el
tiempo plasma en la idea del “socialismo del siglo XXI”. Y la de Ezequiel
Zamora, tendiente a que el Ejército vuelva a ser un “ejército del pueblo” para
defender lo que Bolívar denominó “las garantías sociales”.
Chávez se indigna contra “esa tesis que viene del Norte” del
“fin de la historia” y “de que las ideologías ya no sirven”. En
consecuencia, organiza un vasto y
heterogéneo Movimiento que se llamará de
la “Quinta República”. Vencedor en las urnas comienza su obra moderada,
cautelosa, atendiendo al unísono a la realidad venezolana, de Nuestra América e
internacional. Pero como en tantas otras veces (Arbenz, Goulart, Allende, etc.) vino el golpe de Estado
amparado por la España
de Rajoy y los Estados Unidos de Bush, y tras él la histórica presencia del
pueblo bajando de los morros y restituyendo a su presidente. Chávez comprende
la urgencia de definir a fondo la aspiración antisistémica, socialista, e insta
a definiciones en su propia fuerza política, consciente que la unidad inicial
puede convertirse en traba cuando hay
fuerzas que frenan la radicalización del proceso. Y convoca a dar vida al
Partido Socialista Unido de Venezuela, que tiñe de rojo el presente y futuro
venezolano.
“El siglo que viene, para nosotros, es el siglo de la
esperanza; es nuestro siglo, es el siglo de la resurrección del sueño
bolivariano, del sueño de Martí, del sueño latinoamericano”.
El Laboratorio Europeo de Anticipación Política plantea para
el período 2012-2016 un escenario de incertidumbre entre la dominación
estadounidense y la independencia regional. Independencia que nunca ha estado
tan cercana, y quizás, nunca tan amenazada. Los combatientes de esa
independencia tendremos al Comandante de Nuestra América, la fuente inspiradora
del precursor. ¡Hasta siempre Comandante! No te defraudaremos.
Desde
Uruguay
*Discurso
reproducido en “Crítica de Nuestro Tiempo” No. 11. Argentina. Agosto/Septiembre
de 1995
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