Colombia: a partir del descubrimiento de fosas comunes en las que fueron enterrados 19 jóvenes del municipio de Soacha, asesinados extrajudicialmente por fuerzas de seguridad, sus madres se organizaron para exigir justicia y castigo a los culpables.
En
septiembre de 2008 el departamento de Medicina Legal junto a otros organismos comenzaron a cruzar información para
identificar a decenas de jóvenes enterrados como NN en fosas localizadas en la
ciudad de Ocaña; de allí surgió que la
mayoría de ellos habían sido falsamente reportados como
guerrilleros (Farc) muertos en
combate. A estas ejecuciones extrajudiciales -se cuentan por miles-, también
se las denomina “Falsos Positivos”, aunque en verdad constituyen
“verdaderos negativos”.
Las madres y familiares de estos jóvenes, junto
a defensores/as de derechos humanos
fueron revelando la red criminal que opera en Soacha. Militares y paramilitares ejecutan en forma sistemática a
jóvenes que son reclutados en zonas pobres con
promesas de trabajo bien remunerado. Por éstos hechos los ejecutores reciben recompensas por guerrillero muerto. Tal escándalo obligó en octubre de
2008 al entonces presidente de Colombia
Álvaro Uribe, a destituir a 27 oficiales del ejército.
A la
fecha se han enjuiciado y condenado a varios de los responsables de ejecuciones extrajudiciales; otros juicios están
en curso. Organizaciones de Derechos Humanos estiman que la tasa de impunidad
de homicidios atribuidos a las fuerzas de seguridad es del 98%.
Cabe resaltar, que a partir del
alegato presentado por el colectivo de abogados
“José Alvear Restrepo”
representante de víctimas,
se logró que el Juzgado tipificara de sistemático el carácter de estos delitos y no como casos
aislados, de Crímenes de Lesa Humanidad y Desaparición Forzada Agravada. El Espejo acompañó el 16 de julio a dos
integrantes de Madres de Soacha: Carmenza Gómez e Idalí Garcerá, a una
audiencia en los Tribunales
Especializados de Cundinamarca, Bogotá. Esta audiencia se lleva a cabo contra
tres militares por el caso de sus hijos, Víctor Fernando Gómez Romero y Diego
Alberto Tamayo Garcerá, reclutados el 23 de agosto, asesinados el 24 de agosto
y enterrados en una fosa común en la ciudad de Ocaña. Allí declaró
personal técnico de Medicina
Legal de Bogotá aportando datos metodológicos
utilizados en la identificación
de las víctimas de Soacha.
Varias
organizaciones acompañan en los juicios a las Madres: Ruta Pacífica de
Mujeres, Minga, Fundación Manuel Cepeda Vargas, entre otras. A nivel
internacional cuentan con el respaldo de diversas organizaciones de Derechos Humanos.
En términos estadísticos el fenómeno
de “Falsos Positivos” se ha presentado
desde el año 1984, durante los gobiernos de Virgilio Barco y posteriormente de
César Gaviria, pero es bajo el régimen de Álvaro Uribe, a partir de 2004, que
las cifras tuvieron su pico más alto. El
incremento se relaciona en parte con la impunidad. La falta de
atribución penal ha sido un factor clave para que sigan produciéndose casos de
Falsos Positivos.
Las Madres exigen juicio y castigo a los culpables,
que cesen las amenazas e intimidaciones a los familiares, “por la verdad, la justicia, la reparación
integral y la no repetición. Que todos
los militares condenados sean recluidos en cárceles ordinarias, ya que los
delitos de los que son responsables son crímenes de lesa humanidad y no merecen
un tratamiento especial, ni pagar su condena en guarniciones militares".
"LOS FALSOS POSI+IVOS SON CRÍMENES DE ESTADO"
"LOS FALSOS POSI+IVOS SON CRÍMENES DE ESTADO"
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