(Texto complementario de la edición impresa de mayo, N° 196)
Lejos de nuestra voluntad atacar a Psur. Durante 2009, hicimos lo contrario: antes del excelente desempeño del 28 de junio lo reivindicamos como una posibilidad de reagrupamiento plural y respaldamos su campaña. Después de esa instancia, el éxito pareció operar como factor de confusión y freno para el equipo dirigente. Tal conducta determinó, de nuestra lado, un compás de espera en relación con Psur, acompañado por la defensa irrestricta de nuestras posiciones a toda la escala que nuestras capacidades permitieron. Lejos de avanzar hacia la organización de una herramienta política de masas a escala nacional, Psur se encerró en una posición electoralista, para colmo completamente errada.
Cuando con la misma metodología hermética utilizada en todo el período, se definió resignar la candidatura presidencial para tentar suerte en la Capital Federal, sentamos nuestra posición en la edición de mayo (ver Proyecto Sur en Capital Federal), que en resumen decía lo siguiente:
"Bajo ciertas condiciones programáticas y metodológicas, vamos a apoyar la candidatura de Psur en Buenos Aires. Ni en sueño reclamamos algún cargo, como no lo hicimos en 2009. Pero es preciso mantener el compromiso con la Revolución en curso en América Latina, con Venezuela, Cuba, Ecuador, Nicaragua, Bolivia y otros tantos países del Caribe. Es preciso definir de antemano que Buenos Aires, con una administración Psurista, adheriría inmediatamente al Alba.
Ante todo, es preciso que los titulares de esta fuerza se dispongan a hacer una campaña sobre la base de Asambleas. Reeditar (ahora con seriedad y responsabilidad políticas) la extraordinaria experiencia de masas vivida desde fines de 2001 hasta mediados de 2002. Promover la participación de la ciudadanía y someterse a las decisiones democráticamente adoptadas. En nuestra opinión, no hay otro modo de ganarle a los aparatos de la internacional negra representada por Macri, ni al gobierno, que no pudo hasta la fecha decidir un candidato pero pondrá millones para contrarrestar el rechazo de la población al oficialismo.
Si están dispuestos, compañeros/as de Psur, cuenten con nuestro leal apoyo".
Ante todo, es preciso que los titulares de esta fuerza se dispongan a hacer una campaña sobre la base de Asambleas. Reeditar (ahora con seriedad y responsabilidad políticas) la extraordinaria experiencia de masas vivida desde fines de 2001 hasta mediados de 2002. Promover la participación de la ciudadanía y someterse a las decisiones democráticamente adoptadas. En nuestra opinión, no hay otro modo de ganarle a los aparatos de la internacional negra representada por Macri, ni al gobierno, que no pudo hasta la fecha decidir un candidato pero pondrá millones para contrarrestar el rechazo de la población al oficialismo.
Si están dispuestos, compañeros/as de Psur, cuenten con nuestro leal apoyo".
Pasó apenas una semana. Y ya ocurrieron hechos que deterioran aún más la posición de Psur. A puertas cerradas, igual que en el caso del elenco gobernante, y con el mismo absurdo criterio de mantener una supuesta expectativa hasta último momento, Jorge Selser fue designado como candidato a vice jefe. El miércoles 25, en un programa televisivo del que participaron Selser y Solanas, el primero hizo una correcta denuncia del currículum del candidato oficialista, Daniel Filmus (ex funcionario de Carlos Grosso, comprometido con las escuelas Shopping, ex funcionario del ministerio en tiempos de Carlos Menem, durante la sanción de la ley Federal de Educación, antes de ser ministro de Néstor Kirchner). Acto seguido, Solanas enfrentó sin disimulo a su vice y afirmó que hay que terminar con la descalificación del adversario, que Filmus es un hombre inteligente, etc. Al día siguiente, Selser declaró a la prensa que, en caso de no entrar a la segunda vuelta, Psur votaría por Filmus. Hoy, viernes 27, Solanas declaró que en modo alguno Psur votaría a Filmus: haríamos un debate, dijo, y daríamos libertad de voto...
Sin brújula
Para orientarse al Sur, es preciso saber dónde está el Norte. A la luz de esta deriva, Psur no lo sabe. Sus dos últimos puntos fuertes, reivindicables, son la defensa a ultranza de la recuperación de empresas privatizadas y riquezas naturales, y su oposición al bipartidismo. Con esta insólita declaración de Selser y la ambigua rectificación de Solanas, además de mostrar una carencia desesperante de conducción política, queda negado este segundo aspecto clave.
Ya hubo desprendimientos individuales y colectivos de Psur para sumarse al oficialismo. Hay más de una razón para semejante deserción. Aquí importa subrayar que en los casos donde tal conducta está acompañada por debilidad ideológica y confusión política, la responsabilidad está en primer lugar en quienes trazan la línea de Psur: así como no supieron dirigirse y llegar a decenas de miles de activistas que vieron con esperanzada expectativa el surgimiento de Psur, tampoco supieron orientar a las escasa militancia que se dispuso a organizarse en esa formación y ahora regresan a comprometerse con la burguesía y el bipartidismo.
Con estos últimos pasos en zigzag Psur bordea la cuneta de su autodestrucción. Es de esperar que prive la lucidez y la firmeza.
Buenos Aires, 27/5/11
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