El Espejo de Argentina y el Mundo

Año XX - Nº 226 (Segunda época)
Septiembre 2015

24 de septiembre de 2012

Plan de lucha unitario

Política Sindical
Un primer paso surgió en la reunión que mantuvieron los secretarios generales de la CGT Hugo Moyano y la CTA no oficialista Pablo Micheli el 18 de septiembre pasado. A los acuerdos en puntos reivindicativos sindicales se sumó la decisión del sindicato de Camioneros de participar en la movilización del 11 de octubre (no en el paro), lanzada por la CTA.  Por su parte la CGT realizará el 26 de este mes una jornada en La Falda para levantar una plataforma de 21 puntos. La simbología del lugar elegido es contundente. Fue la sede del Plenario Nacional de Delegados Regionales de las 62 Organizaciones en 1957 donde el movimiento obrero produjo un programa político de profunda radicalización y contenido antiimperialista. Moyano ha expresado su intención de ingresar al terreno político abierto. Queda por aclarar si  encabezando un polo de reagrupamiento peronista opuesto al gobierno, o con el apoyo a un candidato disidente en la clásica condición de “columna vertebral”.
El 8 de septiembre la CTA convocó a un Encuentro Nacional de Delegados de la Actividad Privada en el estadio cerrado del club Ferrocarril Oeste con miles de participantes. En una jornada de debate, el pliego de reivindicaciones puntualizó entre otros ejes: salario básico de $ 5000 para todos los trabajadores formales, informales, de planes sociales y jubilaciones mínimas; eliminación del impuesto a las ganancias porque el salario no es ganancia; terminar con la tercerización y precarización laboral; 82% móvil para todos los jubilados; libertad y democracia sindical; derogación de la ley antiterrorista.
Es imperativo defender todas las formas de unidad de lucha entre la CGT y la CTA no oficialista y con toda expresión sindical de cualquier grado que se disponga a acordar un programa de acción en defensa de la clase trabajadora.
El año próximo tendrán lugar elecciones parlamentarias en Argentina. En la dinámica actual y la vivida en las últimas décadas, pueden convertirse en un instrumento más de fraccionamiento de la clase trabajadora y sectores aliados del pueblo, de las capas medias urbanas y rurales. El riesgo de que nuevamente la división de nuestra clase quede entrampada en falsas polarizaciones (a favor o en contra del kirchnerismo y el actual gobierno de Cristina Fernández), o vaya detrás de opciones burguesas socialdemócratas, es inminente. Todas sus conducciones defienden al sistema capitalista. Aún cuando algunas  contengan en su interior a sectores de izquierdas sindicales, sociales y políticas.
¿Cómo romper el cerco que ha encorsetado en las últimas décadas la confluencia revolucionaria, que ha impedido que los trabajadores y trabajadoras  construyan su propia herramienta política?
Una vía posible de encuentro: trabajar paso a paso hacia un Congreso del Pueblo. La base reivindicativa de los trabajadores está. Es preciso avanzar en la discusión de un  proyecto de país. Que significa tomar en las propias manos el debate y las decisiones políticas sobre la democracia participativa de masas, la soberanía y la independencia nacionales, la auditoría de la deuda externa como condición previa a todo pago ulterior; la estatización de los recursos naturales y su explotación preservando el ecosistema; el desarrollo de una economía con base y proyección latinoamericana a partir de la incorporación formal y plena al Alba; la ruptura con todos los pactos militares, económicos y políticos firmados con Estados Unidos; la realización con plena participación autogestionaria de las masas de un plan de viviendas para todos; el monopolio del comercio exterior y el control efectivo de cambios. La defensa frente al imperialismo de las revoluciones en curso en los países del Alba, así como el rechazo a la guerra imperialista en marcha contra Siria e Irán.
            Estos temas y otros, han sido parte del acervo elaborado en las luchas comunes, en la calle y en jornadas intensas de intercambio y síntesis. Los programas de La Falda y Huerta Grande de 1957 y 1962, constituyen una base conceptual y unificadora fundamental.
            El secretario adjunto de la CTA Ricardo Peidró, manifestó en el cierre del Plenario de Ferro: “Es la hora de los trabajadores”. Es verdad. Y allí se juega también el futuro de Argentina.

 

 

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