Quinto plan de viviendas sociales, expropiación
de YPF, eliminación de subsidios
Durante 2011 hubo 10 meses de campaña electoral. Para no
contar la preparatoria del año anterior. Un alud de "vóteme a mí". Un
martilleo constante con apariencia de rostros y palabras, que en realidad eran
máscaras y ruido, guionados por una fauna relativamente reciente, denominada
"consultores".
Cabe preguntar ahora:
- ¿recuerda
durante esa campaña a los candidatos/as explicando la necesidad de acabar con
los subsidios a transporte y servicios?
- ¿recuerda
la propuesta de expropiar YPF?
-¿recuerda
el plan de construir 400 mil (ó 100 mil, porque una semana después del anuncio,
la cosa no está clara) con fondos de Anses, es decir, dinero de los jubilados?
La eliminación de subsidios apareció como recurso
desesperado para contrarrestar un déficit fuera de control. Apenas iniciada su
implementación, se vio el impacto político negativo para el gobierno que traían
los efectos sociales inmediatos de los aumentos en servicios y transportes.
Para colmo, vino el desastre ferroviario. Se suspendió la extensión de la quita
de subsidios (75 mil millones de pesos este año).
Buscaron por otro lado: como la importación de combustibles
(12 mil millones de dólares este año) es parte fundamental del desbalance, expropiaron
la mitad de YPF. Y anunciaron que el autoabastecimiento vendría pronto. Están
en eso, tratando de negociar con Exxon y Chevron, que piden poco: contrato a cincuenta años, precio
internacional, libre disponibilidad para remitir dividendos. Como adelanto, el gobierno celebra que un
pirata mexicano capitalice la deuda que YPF tenía con bancos bajo su control y
se quede con el 8%.
Ínterin, la actividad
económica cayó como un piano desde un décimo piso. Argentina está ya en
recesión. Entonces anunciaron un plan de viviendas. 100 mil, dijeron los
urgidos técnicos a los que se les encargó el estudio. A la hora del anuncio,
para agrandar el impacto se pretendió indicar que 400 mil personas se verían
beneficiadas (4 personas por cada casa). Un funcionario aturdido confundió las
cosas y anunció 400 mil viviendas en tres años. Una comedia de enredos. Sólo
que quienes ansían una casa propia no lo tomarán a risa, como no lo hicieron
con los cuatro planes anteriores, redondamente frustrados, anunciados desde que
Cristina Fernández es presidente.
Hay otro costado del
problema, aún mayor: como esto se pretende hacer con fondos teóricamente
destinados a los jubilados (75% cobra la mínima, que está a un tercio por
debajo de la línea de pobreza), esto provocará un enorme impacto social y
también político. Todo en detrimento de la figura presidencial, cuya estimación
popular cayó del 70 al 40% entre diciembre pasado y comienzo de junio.
Con todo, esto no
contrarrestará la recesión. Como la expropiación de la mitad de YPF no evitará
el déficit energético y la sangría escandalosa de divisas para comprar gas y
gas oil. Como lo que acabe haciéndose con los subsidios, no eliminará el
déficit fiscal.
El gobierno está en
problemas. La oposición también. Si a la pregunta hecha más arriba usted
respondió "las tres cosas"... tiene razón. Además, tiene la urgente
necesidad de tomar esos problemas en sus manos. Porque las cosas están claras:
los de arriba no saben, no quieren y no pueden.
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