Por Nicolás Alessio *
Decíamos en Agosto del 2011: "De la Sota es un menemista reciclado. Intentará seguir haciendo sus negocios a costa del Estado cordobés y los cordobeses. No tiene pudor. Su cara angelical es sólo maquillaje, es estrategia pura de sus asesores de imagen. Imagen y nada más." Y esto que advertíamos se hace cada vez más elocuente. Las máscaras se caen, o mejor, ya no engañan. A pesar de la feroz publicidad de gobierno los cordobeses comienzan a sentir las consecuencias de la demagogia. El conflicto en la salud no está resuelto, por más que las amenazas de despido o descuentos en los sueldos atempere la lucha. Meses en la calle reclamando sin ninguna respuesta. O mejor, la respuesta es el agravio. El conflicto con los docentes, apenas disimulado por cierta sintonía de la dirigencia gremial con el gobierno y el discutido y burocrático "boleto gratuito". Lo mismo sucede con los otros sectores del Estado. Se llega al absurdo de ver a José Pihen, secretario general del sindicato de Empelados Públicos y recientemente electo como legislador oficialista, sentado en la mesa con el gobierno para defender a los trabajadores. De los dos lados del mostrador. Y no es la primera vez que sucede, ya fue legislador en la gestión anterior de De la Sota.
La reacción política más fuerte de la oposición se lleva desde el Frente Cívico. Los legisladores Ricardo Fonseca y Edgar Clavijo presentaron ya una denuncia penal por el Gasoducto Sierras Chicas, que implica al ex gobernador Juan Schiaretti, y ex funcionarios provinciales. Fonseca también exigió suspender actividades náuticas en el Lago San Roque y denunció penalmente a los funcionarios de Seguridad Naútica, por la muerte de la joven de 15 años hace pocos días. Y advierte las graves consecuencias de la sanción de la Ley Orgánica de Ministerios número 8.468, que ratifica el decreto 2.565, del 10 de diciembre del corriente año, porque es inconstitucional. La reiteración del procedimiento demuestra el escaso valor que el Poder Ejecutivo provincial otorga al Poder Legislativo, convertido en la escribanía de sus desmesuras de poder. A todo esto hay que sumar la gestión municipal, a cargo del radical Ramón Mestre, hijo de aquel ya fallecido Ramón Bautista Mestre responsable político de las muertes del año 2001. En pocos días tuvo la virtud de aumentar el boleto del transporte en un porcentaje mayor a lo que aumentó en todos los años durante la gestión de Luis Juez, de aumentar las tasas municipales algunas a más del 100 por ciento, de "tercerizar-privatizar" la recolección de los residuos sin ninguna licitación previa y preparando lo mismo para la Empresa Tamse, de colectivos. Y emulando al gobernador, se lo ve en la publicidad municipal plantando árboles con los mormones o presentando el plan "bache cero". Ninguna medida de corte popular de verdad.
La ciudadanía está expectante. Los ruidos festivaleros del verano se silencian. La realidad golpea de manera contundente. Córdoba extraña las fuerzas del "Cordobazo" pero no baja la guardia. Estamos más atentos que nunca.
Desde Córdoba, Pbro, teólogo
No hay comentarios:
Publicar un comentario