El Espejo de Argentina y el Mundo

Año XX - Nº 226 (Segunda época)
Septiembre 2015

20 de mayo de 2012

Prueba ácida para el gobierno nacional

Base yanqui 
en el Chaco

A metros del aeropuerto de Resistencia y del edificio de la Fuerza Aérea Argentina, están emplazadas ya las instalaciones para la puesta en marcha de una base militar del Comando Sur del Ejército de Estados Unidos. La negociación comenzó en 2006, durante la presidencia de Néstor Kirchner y con la firma del entonces ministro Aníbal Fernández. La completaron el gobernador de la provincia, Jorge Capitanich y el coronel Edwin Passmore del Comando Sur. Passmore fue oficial de inteligencia en Afganistán e Irak. Después fue expulsado de Venezuela, acusado de conspiración. El Ejército estadounidense aportó 3 millones de dólares. La instalación a la vista no cuesta más de 150 mil. El resto, descontando lo que cae por las ranuras, está destinado al equipamiento electrónico del centro operacional. No habrá allí -al menos por ahora- ni marines ni tanques, ni depósitos de armas pesadas. Será una base de espionaje regional, control radarizado del movimiento aéreo, capacidad para guiar aviones sin tripulación, sea para control aéreo, sea para eventuales ataques. La base, complementada por el aeropuerto, también puede ser utilizada para abastecer de combustible a bombarderos aéreos con carga atómica que hagan el viaje transpolar. 
Prensa y dirigencias políticas burguesas de todo signo han ocultado este atentado contra la soberanía nacional. La presidente Cristina Fernández debe denunciar este acuerdo, devolver el dinero, condenar políticamente a Capitanich y dar garantías comprobables de que ni allí ni en otro lugar se completará la instalación de la base. Sólo así, todo lo dicho sobre Malvinas, todo lo repetido sobre YPF, tendrá credibilidad.

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