El pueblo chaqueño mantiene una fuerte lucha contra la entrada del Comando Sur estadounidense a la provincia, materializada a través de un convenio oculto firmado por el gobernador Capitanich con esta unidad del Ejército militar más peligroso del mundo. Hasta ahora el silencio de la prensa comercial y gubernamental, sumado a la inacción de casi todas las dirigencias políticas, obreras y estudiantiles del país, logró frenar la posibilidad de nacionalizar la resistencia a esta violación de la soberanía que representa un ataque frontal del imperialismo contra la política de unión latinoamericana.
Washington logró construir una edificación en el aeropuerto internacional de Resistencia, rotulada como “Centro para Operaciones de Emergencia”. La versión oficial cuenta que el Comando Sur donó este lugar como parte de su “misión humanitaria” para América Latina. Lo que en apariencia es un modesto predio que sería utilizado por personal provincial de Defensa Civil ante eventuales situaciones de catástrofes naturales o endémicas, será tecnológicamente equipado y comenzaría a operar en junio si las autoridades no deciden postergar su puesta en marcha ante la presión local.
El gobierno de Capitanich niega públicamente que se haya firmado algún convenio, acuerdo o documento alguno, como si la operación se hubiera desarrollado “de palabra”. Pero la prensa local controlada por el propio gobernador y la propia Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires, ya deslizaron la existencia de un convenio firmado con el Ministerio de Defensa estadounidense, del que depende el Comando Sur.
La legislatura provincial ya votó por unanimidad un pedido de informes sobre la operación, pero el plazo de 25 días hábiles que tenía la gobernación para responder las consultas transcurrió sin que hubiera ninguna respuesta.
La respuesta
Los chaqueños lograron organizar una masiva protesta el 2 de abril. En una marcha “por la soberanía” que recorrió los 10 kilómetros que separan el centro de Resistencia de la base de operaciones yanqui construida en el aeropuerto, al histórico reclamo por la soberanía argentina sobre las islas Malvinas –en este caso a 30 años de la guerra- le sumaron el rechazo al acuerdo firmado por el gobierno provincial con el Comando Sur.
Así, lograron presionar al gobernador e incomodar a sus ministros más cercanos. La protesta fue organizada por la recientemente conformada Asamblea Popular del Chaco, que nuclea a varias organizaciones sociales, gremiales, de derechos humanos y políticas de la provincia. Desde entonces, Capitanich busca desarticularla presionando a las agrupaciones que reciben asistencia estatal para que no participen en el espacio. Si bien éste no está consolidado, igualmente hará otra marcha el 25 de mayo, en la que volverá a intentar que se nacionalice la situación.
Hasta ahora sólo se han realizado unas pocas actividades de denuncia en el Chaco a partir de charlas convocadas por la Asamblea Popular. El único medio impreso con difusión nacional y latinoamericana que ha investigado el tema es la revista América XXI, a partir de la publicación de un extenso informe especial que prueba la existencia de una base de operaciones del Comando Sur. El resto de la prensa, a excepción de algunas opiniones aisladas, ha silenciado esta situación.
Recientemente Luis Bilbao, director de América XXI, expuso el significado y las causas de la instalación del Comando Sur en Resistencia ante dirigentes sindicales, políticos, jóvenes, periodistas y personalidades locales en una actividad llevada a cabo en el Centro Cultural Nordeste el 11 de mayo. Calificó a la base de operaciones como “una parte de un dispositivo militar regional” que es resultado de la intención de Estados Unidos de “recuperar el terreno perdido en América Latina”. Sostuvo que la principal potencia militar mundial, sumergida en una profunda recesión económica, se está preparando “para enfrentar a los pueblos de América Latina”, muy especialmente a la Revolución Bolivariana, ante la inminencia del triunfo electoral de Hugo Chávez el 7 de octubre.
Cómo llegó el Comando Sur
La “donación” total del Comando Sur es de 3 millones de dólares según información publicada en la página web de la Embajada -y no de 6 millones de pesos como dice el gobierno provincial. Está claro que las modestas construcciones hechas en el aeropuerto representan un bajo porcentaje de ese dinero, que muy probablemente esté dirigido principalmente a la tecnología física y al software.
El proceso a partir del cual se realizó la construcción del llamado centro para emergencias comenzó al menos en 2008, cuando en marzo se realizó una jornada de capacitación para el personal de Defensa Civil de la provincia impartida por consultores profesionales designados por la Embajada de Estados Unidos. Esta actividad se desarrolló bajo el marco del Programa de Fortalecimiento del Sistema Provincial de Emergencias que el gobierno nacional tiene con la Embajada, aprobado en 2006 por Aníbal Fernández cuando era ministro del Interior.
Cinco meses después el entonces embajador Anthony Wayne visitó la provincia y cerró el proyecto preparado por el Comando Sur tras reunirse con Capitanich. La siguiente actividad informada por la prensa de la gobernación ocurrió en noviembre de 2011, cuando el comandante Edwin Passmore visitó al gobernador. Passmore trabajó en Afganistán, fue asesor de inteligencia en Irak y terminó expulsado de Venezuela en 2008 por actividades de espionaje. Meses antes había sido denunciado por el gobierno nacional por intentar ingresar vía aérea equipamientos y drogas no declaradas en el aeropuerto de Ezeiza, traídos para una jornada de capacitación a la Policía Federal. Tras esa reunión en Chaco se anunció que la inauguración del llamado centro para emergencias se haría en marzo de este año, fecha en la que efectivamente finalizó su construcción.
Definiciones del gobernador
En medio de este proceso el gobernador Capitanich recibió en septiembre de 2011 a una delegación de legisladores y funcionarios estadounidenses. Ante ellos declaró la necesidad de “una alianza estratégica” entre América del Sur y Estados Unidos, y afirmó estar “dispuesto a luchar por esa idea”, que definió como la “unión americana”.
Desde el PJ Capitanich gobierna con el apoyo de un conjunto de agrupaciones que conforman el frente Chaco Merece Más, bajo el cual logró la reelección en 2011 con más del 66% de los votos. La alianza de partidos que lo sostiene va desde el Frente Grande hasta el PRO, que forma parte del gobierno desde el primer momento en 2007. Pedro Augusto Miró, subsecretario de Legal y Técnica de la Gobernación y hombre de extrema confianza del gobernador, y Patricio Fiorito, ex subsecretario de gobierno y actual Presidente del Directorio de la Fiduciaria del Norte, son algunos de los hombres claves del PRO en el Gobierno.
Cabe preguntarse cómo semejantes posicionamientos de uno de los principales “gobernadores kirchneristas” puede convivir con el discurso nacional y popular del gobierno nacional. También, cuál es la opinión de Cristina Fernández y el canciller Timerman al respecto; y con qué grado de apoyo nacional cuenta Capitanich ante semejante operación. Pero mientras se intenta dar respuestas a esas preguntas es necesario volver a remarcar la alarmante pasividad de las dirigencias sindicales, estudiantiles y políticas revolucionarias ante esta probada penetración del imperialismo yanqui en Argentina.
Desde Chaco, Ignacio Díaz
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